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¿Nos echamos un Parapente?

Adeje es uno de los municipios en los que este deporte de aventura, ha colmado el espacio aéreo

10 de abril de 2012

El parapente es un deporte de aventura que surge a principios del siglo XX. Se presume que la invención de esta modalidad deportiva la tuvieron un grupo de paracaidistas que buscaban una forma de bajar volando desde la cima de la montaña que habían ascendido. Según Cristo Afonso, parapentista profesional adejero, “es una modalidad que empezó con el paracaídas, pero que luego avanzó aparte, a través de los años ha ido evolucionando y mejorando en diseño y se ha convertido en un ala que vuela con la que podemos recorrer y volar mucho tiempo. Desde 30 minutos si es en biplaza con un pasajero que vuele por primera vez y sin limites si es un vuelo individual”.

El planeador ligero flexible, no dispone de motor, el equipo completo pesa unos 20 kilos aproximadamente. Afonso afirma que pese a lo que muchas personas manifiestan, el parapente “no es un deporte adrenalínico”, explica que se sienten nervios en el despegue, el cual dura unos segundos, pero que una vez en el aire, “sientes que flotas en el aire, sientes paz”.

“Cualquier persona puede volar en parapente, incluso aquellas que tengan dificultades para caminar”, asegura Cristo Afonso, puntualiza que para realizar un viaje en parapente hay que entender la diferencia que tiene volar solo o acompañado. Cuando se vuela en biplaza, con un tándem, se busca siempre, además del disfrute, la seguridad del pasajero, por ello, mientras no haya viento fuerte y no llueva, es posible realizar un buen despegue, hacer un vuelo relativamente corto y suave sin mucha turbulencia y aterrizar bien en una zona específica”.

Cuando se vuela de forma individual, se buscan condiciones muchos más fuertes sobre todo a nivel térmico, de esta forma se consigue volar mucho más tiempo y llegar más lejos y hacer mayores recorridos.

Adeje y el parapente
Durante los últimos 20 años, el parapente ha colmado el espacio aéreo del municipio de Adeje, es usual ver a los parapentistas desde Las Torres, en ocasiones se pueden contar más de 50, de hecho en el año 1999, la Liga Española de Parapente, ocupó el cielo adejero dadas las excelentes condiciones atmosféricas de las que dispone el municipio.

Cristo Afonso, recuerda que desde su primer vuelo, en el año 1997, hace 12 años, el incremento de las personas interesadas en vivir una experiencia como esta, ha ido en aumento, pero que han sido estos últimos cinco años, los que han dado buenos aires al parapente en Adeje, el cual se ha asentado en la zona de Taucho y Las Moraditas.

Dichos barrios, son definidos por los parapentistas como el valle de Adeje, el cual reúne, sobre todo en invierno, desde octubre hasta abril o mayo, las mejores condiciones de vuelo térmico de Europa, por tal razón, pilotos franceses, suizos, alemanes, ingleses, rusos, vienen aquí a volar durante una o dos semanas.

Afonso, asegura que “desde Las Moraditas, lugar de despegue, se puede volar hacia el Roque del Conde al Valle de San Lorenzo y volver, irnos al Acantilado de Los Gigantes y regresar al punto de partida, se puede estar tres o cuatro horas volando de forma individual, el vuelo biplaza suele durar unos 25 minutos aproximadamente y el aterrizaje siempre lo hacemos en la parte baja de Las Torres, concretamente detrás de la sala Tropicana”.

Dependiendo de la brisa que exista en el momento del vuelo, el parapente alcanza una velocidad, la cual varía dependiendo del viento, si este viene de frente a 20 km/h y volamos de cara al viento, el parapente volaría a 20 km/h con respecto a la tierra, en cambio, si viene de espalda o de cola, iríamos a 40 km/h, que es lo que corre el parapente, más 20 km/h del viento, es decir que en total la velocidad que alcanzaríamos sería de 60 km/h aproximadamente.

Ante todo, seguridad
Actualmente, los pilotos vuelan con un sistema de posicionamiento global o gps, el cual mide de forma casi perfecta, con un margen de error de uno o dos kilómetros, la velocidad con la que se vuela y además proporciona datos geográficos necesarios en el caso de que suceda algo y tengamos que ser ubicados.

Es evidente, que se trata de un deporte de riesgo, “eso hay que tenerlo claro”, puntualiza Afonso, por lo tanto hay que minimizarlo casi por completo, por lo tanto, es recomendable siempre, “utilizar material nuevo, que este homologado, no dejarlo envejecer, almacenarlo de forma correcta y cambiar el material antes que envejezca, aunque el periodo de vida es aproximadamente de 5 años”.

Volar en parapente, sea de forma individual o en biplaza, supone una experiencia única, genera sensaciones casi difíciles de calificar, Cristo Afonso intenta definir la experiencia a través de conceptos tales como “flotar en el aire”, “volar como pájaros”, etc. Asegura que con cada vuelo descubre sensaciones nuevas y después de innumerables saltos, tiene la certeza de que no existe el vuelo perfecto, porque siempre se puede mejorar la técnica.