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Puerto Romero: “Uno de los problema del hombre es querer permanecer el mayor tiempo posible bajo el agua”

“Se trata de un mundo en el que puede sobrevivir, pero en el que jamás se podrá integrar”

15 de julio de 2013

Las dos primera sesiones del curso Medicina y Enfermería Subacuática e Hiperbárica, dirigidas por el profesor Antonio Alarcó Hernández, estuvieron encaminadas, por una parte, al conocimiento de la historia del buceo y los problemas que plantea al ser humano su penetración en el mundo subacuático, centrados básicamente en los cambios de presión, y, por otra, a distinguir de manera eficaz y eficiente los distintos daños (barotraumatísmos) que pueden sufrir los buceadores en la práctica de esta actividad deportiva y/o profesional.

Tras la presentación del curso por parte del profesor Alarcó Hernández, el primer ponente, el doctor Pablo Puerto Romero (profesor de la Universidad de La Laguna en Medicina Hiperbárica y jefe de Unidad de Medicina Hiperbárica del Hospital Universitario de Canarias), lamentó que una rama tan importante de la medicina moderna, la Hiperbárica, no se encuentre aún incluida en el currículo de las carreras de Medicina y Enfermería.

El profesor Puerto Romero, en su ponencia El Medio Subacuático, recordó que desde el comienzo de su historia, el ser humano ha sentido una enorme curiosidad por descubrir qué es lo que se oculta en los fondos de los mares, los lagos o los ríos.

Señaló que en ese proceso, han sido muchos y muy variados los inventos y artefactos que ha ido utilizando a lo largo de los siglos movido primero por fines comerciales y más tarde como práctica deportiva.

“Desde los orígenes del buceo, el hombre ha querido permanecer el mayor tiempo posible bajo el agua. Sumergido en el planeta agua donde todo funciona al revés del planeta tierra. Un mundo en el que se puede sobrevivir, pero en el que nunca se podrá integrar”, indicó.

El doctor Puerto Romero recordó que el medio subacuático es 800 veces más denso que el de superficie, lo que genera una serie de problemas tanto a la hora del descenso (fase de comprensión) como a la hora del ascenso (fase de descomprensión).

Cuando se cumplen las normas de seguridad establecidas, explicó, el medio subacuático raramente suele ser peligroso para el buceador, especialmente si éste va bien equipado y cuenta con una forma física adecuada.

El buceador debe enfrentarse a los problemas comunes de la natación además de otros que aparecen cuando abandona su medio ambiente natural --menor agudeza visual, mayor sensibilidad auditiva, etcétera--. Es importante, enfatizó, que antes de sumergirse se conozcan los problemas que existen bajo el agua, cómo reconocerlos y qué hacer cuándo se presentan. Sólo así podemos salvar la vida y evitar importantes secuelas.

Tras lo cual, tomó la palabra el doctor Manuel Salvador Marín, jefe de la Unidad Terapéutica Hiperbárica del Hospital Universitari General de Castelló, que hizo un amplio recorrido por los accidentes de buceo, especialmente por los barotraumatismos, que son los daños físicos causados a los tejidos del cuerpo por una diferencia de presión.

Salvador Marín, que indicó que existen cuatro tipo de barotraumatismos: oído medio, senos paranasales, pulmonares y dentales, explicó cómo reconocerlos, cómo tratarlos y también cómo prevenirlos.

En su intervención, el profesor señaló que el más peligroso de todos ellos es el pulmonar, debido a que quienes lo padecen pueden sufrir un neumotórax masivo y, consecuentemente, el fallecimiento. Su causa principal, es la retención voluntaria de aire durante el ascenso o fase de descomprensión.

Manuel Salvador Marín lamentó, por último, que los forenses españoles no tengan una formación más adecuada para dictaminar la causa de la muerte de un buceador, lo que ayudaría a evitarla en otros accidentes.