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Inaugurada la Universidad de Verano de Adeje en su Vigésima edición

El acto estuvo marcado por el lúgubre incendio de los montes del municipio. La ULL y el Ayuntamiento de Adeje, muestran su solidaridad por lo sucedido

16 de julio de 2012

Otro año más, y en su vigésima edición, la Universidad de Verano de Adeje ha vuelto a abrir sus puertas hoy lunes 16 de julio. Y lo ha hecho en lo que el alcalde del municipio, José Miguel Fraga, ha calificado como “mañana triste, pero también de esperanza”, ya que el fuego está en estos momentos devastando en estos momentos sus montes, pero, a la vez, el pueblo ha colaborado enormemente en la extinción del incendio y, de hecho, buena parte de las zonas afectadas han tenido que ser desalojadas sin que la población haya puesto problemas por ello.

El alcalde sostuvo también en el acto de inauguración que esta iniciativa docente y cultural ha contado con más de 500 matriculados en los cursos que se imparten, este año, en una única semana, “lo cual da muestra de la pujanza de esta actividad”. También tuvo palabras de agradecimiento por la puesta en marcha, el próximo curso académico, del Grado en Turismo en el municipio de Adeje, una titulación que ha sido ampliamente demandada como primera opción en el proceso de preinscripción de la Universidad de La Laguna.

Por su parte, el rector de la Universidad de La Laguna, Eduardo Doménech, comenzó su intervención solidarizándose con el municipio de Adeje por el incendio que asola sus montes, al tiempo que indicó que un pueblo como éste, fuerte y de arraigadas convicciones, sabrá superarlo con creces.

El rector comentó que “lo que empezó con titubeos y ciertamente como una acción puramente experimental se ha tornado en una programación sumamente estable, ininterrumpida en el tiempo y que, como los buenos vinos, no ha hecho sino mejorar con los años”. Esta solidez se apoya en la plena colaboración de los dos equipos, explicó, el de la propia universidad y el del Ayuntamiento de Adeje, que, “al margen de cambios de gobierno, nuevos responsables y otros vaivenes, han sabido entenderse y cooperar juntos para que la Universidad de Verano de Adeje sea una cita ineludible de todas las segundas quincenas de julio de cada año”.

Este año estamos además de doble enhorabuena, indicó el rector: la Universidad de Verano de Adeje cumple veinte años y, además, a partir del próximo curso comenzará a impartirse el Grado en Turismo en este municipio. Una aspiración largamente demandada que por fin ve la luz. Si bien hasta ahora este municipio ha acogido diversos títulos de posgrado y especialización en idiomas, será a partir de ahora cuando cobre realmente la tan aclamada dimensión universitaria.

Los dos responsables aseguraron la solidez futura de la Universidad de Verano de Adeje, pese a la crisis económica y a los recortes presupuestarios que se están aplicando en todas las administraciones públicas. En medio de este escenario, el rector agradeció especialmente que Adeje siga apostando por la universidad pública, “la que iguala a los individuos, ofrece igualdad de oportunidades y mitiga las diferencias sociales y económicas”, repuso, “mientras que otros municipios de la isla se lanzan a los presuntos encantamientos de las universidades privadas”.

La crisis de la mala educación

Este es el título de la conferencia impartida por el escritor y periodista Fernando Delgado, quien se encargó de abrir hoy con su ponencia los cursos de verano. Así, el que fuera Premio Planeta ofreció un panorama ciertamente aciago sobre la sociedad del momento, aquejada no sólo por la crisis económica, sino por una crisis sistémica que lleva visos de destruir todo el modelo.

Delgado fue muy crítico con los medios de comunicación y, sobre todo, con los políticos, “a quienes hemos dejado de creer”, dijo. En su opinión, la falta de sustancia en el debate y el apogeo de la grosería no están en crisis, sino lo contrario: han acabado por dominar el espacio de lo público.

“Hay quienes creen que los sueños no necesitan ser gestionados, y que una buena gestión pública no necesita de sueños y de utopía. Sin embargo, la nueva situación reclama otra vez el coraje ideológico para rebatir la reaparición de fanatismos que creíamos ya superados”.

En la comunicación de la era global se ha producido una infantilización de los mensajes, “porque hoy todo tiene que ser divertido”, apostilló. La gente no sólo teme a lo complejo y también a lo que no ofrece diversión. El comunicador también explicó que la industria cultural necesita de más apoyos, “así que es fácil que por comprar un libro consigas un viaje o cualquier regalo. Los caminos en línea recta no interesan al mercado, y todo ello tiene consecuencias en la ausencia de valores del mercado”.

En el saber por el saber, el saber desinteresado, también hay problemas. De hecho comentó que el placer del conocimiento también está siendo defenestrado. Y en ese sentido criticó que hoy a las universidades se les pida “que no toquen el corazón de los pueblos, sino que dé herramientas de trabajo bien remuneradas”. El escritor se preguntó retóricamente si es posible deslindar la formación del ciudadano de la del ser humano o si un alumno no necesitaría más conocimiento de la vida que de las herramientas que le dota la escuela.

“Lo tiene mal el ciudadano de hoy”, aseveró el ponente, para quien prevalece “la carencia de liderazgos y la vergonzosa mediocridad imperante”. En su opinión, la crisis ha venido a descifrar quien de verdad manda y cómo los electores somos meros comparsas en este teatro, señaló.

Para el escritor, los llamados grupos mediáticos aparecen con frecuencia vinculados a grupos de presión. Se entiende que para ejercer presión hay que tener poder, y en ese sentido se da la dualidad de ser grupos mediáticos y grupos de presión informativa. “La comunicación era una herramienta para ejercer la libertad, y hoy se torna en una herramienta de presión”.

Delgado no tuvo tapujos en afirmar que esta crisis podría llamarse “catástrofe de la indecencia”, ya que cada vez es más difícil pensar por cuenta propia en plena sociedad de la información. Muchas veces ni siquiera se piensa lo que se dice, aseguró, y resulta inquietante la abundancia de discursos públicos en que lo dicho parece no haberse pensado antes. “Estamos en una sociedad de loros”.

Sólo desde el pensamiento puede un individuo reflexionar respecto de su propia condición humana. “En una sociedad en la que el ruido sustituye a la palabra, nos encontramos a menudo con individuos desarmados, porque falta reflexión”. Para el ponente de la Universidad de Verano de Adeje, “en esta sociedad los mensajes son descaradamente mercancías”.

Para el periodista, mientras esto siga así nos atendremos a la progresiva destrucción del estado de bienestar. “Los golfos y las golfas de uno y otro signo que se pasan de uno a otro lado seguirán comprando votos y el suyo propio”.

En este contexto ha surgido una suerte de metaperiodismo, “el periodismo que fabrica falsa información sin que haya una asociación profesional de periodistas que reclame otra cosa. Se nos hizo creer que el terrorismo requería la unión de todos, cosa que es cierta, pero no que lo que está en juego es la propia democracia”.

Para Fernando Delgado, no asistimos ante una crisis, sino ante un derrumbamiento del sistema. “Vamos hacia el caos, la insensatez y la deseperanza, hasta que el orden se imponga desde abajo, en la calle y se rebele la población”