El antiguo convento de Adeje ha acogido hoy, martes 24 de septiembre, el solemne acto de apertura del curso en el Grado en Turismo impartido en el Campus del Sur de la Universidad de La Laguna. El acto lo han presidido la rectora de la institución académica, Rosa Mª Aguilar Chinea, el alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga; la vicerrectora de Cultura, Participación Social y Campus Ofra y La Palma, Emilia Mª Carmona Calero; la concejala de Cultura y Educación del ayuntamiento anfitrión, María Clavijo Maza; y el decano de la Facultad de Economía, Empresa y Turismo, José Adrián García Rojas.
En su intervención institucional, la rectora señaló que el curso 2019-20 del Grado en Turismo es el octavo que se imparte en el Campus Universitario del Sur, lo cual posee suma relevancia para la institución porque denota que la docencia en Adeje se ha convertido en parte estructural del catálogo de títulos oficiales. “Creemos en este proyecto porque supone impartir docencia con nuestro compromiso de calidad en un municipio puntero en el sector turístico a nivel mundial. Con estos mimbres, consideramos que estamos construyendo algo importante”.
Aguilar agradeció tanto al personal del ayuntamiento como de la propia universidad, así como al alumnado, el esfuerzo desplegado para hacer que este proyecto sea una realidad, y recordó que se está trabajando para potenciar la docencia en este campus. De hecho, ya desde mediados de 2019 se han comenzado a impartir títulos propios de posgrado como el Máster en Dirección y Gestión Hotelera y el Diploma en Gastronomía y Alimentación, “una oferta muy potente”, porque ha logrado recabar la colaboración de importantes empresas e instituciones del sector turístico.
Por su parte, el alcalde de Adeje manifestó su certeza de que la actividad académica desarrollada en el Campus del Sur supone un importante beneficio para la sociedad de los municipios sureños porque conlleva un impulso del capital humano. Se refirió a la necesidad de apostar por la inteligencia en el sector turístico, en especial en unos momentos de incertidumbre como los actuales, con la reciente caída de Thomas Cook aún en las primeras páginas.
Ante esta situación “crítica, puntual y coyuntural”, el alcalde quiso mandar un mensaje de esperanza: “De igual modo que tras el incendio los pinos reverdecen, también nosotros reverdeceremos”.
Recordó que el turismo ha dado mucha riqueza y también la ha redistribuido en zonas históricamente olvidadas, como es el caso del sur de Tenerife. Admitió que, como todo, es un sector mejorable pero insistió en la necesidad de seguir apostando por él, incorporando no solo el capital humano joven, sino las nuevas tecnologías, el talento y una mayor preocupación medioambiental.
Rodríguez Fraga reclamó una mayor conectividad para paliar los efectos de la caída de los grandes turoperadores y de crisis como el Brexit, y también solicitó a la ciudadanía e instituciones un mayor compromiso y ganas de trabajar para salir adelante. Manifestó igualmente que no hay que temer al cambio de modelo turístico, sino saber adaptarse a él apostando por el conocimiento.
Inteligencia artificial
La rectora tomó la palabra para disertar sobre una de sus materias de especialidad académica: la inteligencia artificial aplicada al turismo. Comenzó explicando que su lección generará muchas cuestiones y una sola certeza: que solamente desde una perspectiva multidisciplinar se pueden hallar soluciones para los grandes problemas. Por eso es imprescindible que el alumnado de Turismo conozca términos como el de inteligencia artificial, más propios de las ingenierías.
Aguilar situó a la audiencia en el mundo actual, el de la Cuarta Revolución Industrial, en la cual todas las personas están conectadas. Esto también afecta a la empresa turística, que ahora debe colocar al cliente en el centro de la organización. Ya no sirve una cadena de producción masiva, sino que hay que generar de manera eficiente para la organización un producto específico y personalizado para cada cliente. Además, esa clientela llega desde cualquier canal: chat, correo electrónico, web… Por ello, es esencial ser capaz de atenderla o, si no, el riesgo es perder clientes. Se ha pasado de la empresa tradicional a la 4.0.
Para ello se utilizan tecnologías como la inteligencia artificial, es decir, lograr que sea una máquina la que resuelve los problemas. Se plantea una duda: ¿hay que replicar artificialmente la estructura del cerebro o hay que lograr que razone sin necesidad de mimetizar la red neuronal? Según qué orientación se elija, se estarán diseñando unas estrategias u otras y requerirá diferentes mecanismos de preparación y entrenamiento, si bien actualmente está teniendo más predicamento la primera opción, conocida como “conexionismo”.
Los datos se erigen en activos fundamentales para alimentar esas inteligencias artificiales, y se extraen de fuentes tan diversas como las redes sociales. Mediante técnicas de etiquetado, es posible “enseñar” al sistema a discernir si un comentario en redes sociales es positivo o negativo; cuantos más datos, mejor será el entrenamiento de ese sistema y será capaz de evaluar automáticamente los comentarios. Pero lo interesante, reflexionó Aguilar, no es conocer qué pasó, sino qué pasaría si se da tal o cual circunstancia. Es decir: predecir.
Para la experta, el valor está en los datos porque será sobre los que se podrá aplicar cualquier algoritmo. Los datos permiten interactuar con el mundo y facilitan la toma de decisiones. De ahí que sea importante saber gestionarlos y salvaguardarlos. “Cuidemos nuestros datos y sigamos su rumbo”, concluyó.