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Desirée González aboga por la prevención de las dificultades de aprendizaje para evitar que el alumnado fracase

Es la directora del curso “Integrando la diversidad: familia y escuela”, que ha presentado diferentes métodos de intervención en diferentes colectivos

23 de julio de 2015

Desirée González Martín, profesora del Departamento de Didáctica e Investigación Educativa de la Universidad de La Laguna, considera que es muy importante apostar por la prevención de las dificultades específicas de aprendizaje. “Antes, para diagnosticarlas se esperaba a que el alumno mostrara un desajuste en su aprendizaje con respecto a su grupo de iguales. De lo que se trata es de intervenir antes, con el fin de no esperar a que ese estudiante fracase”.

La profesora es la directora del curso de la Universidad de Verano de Adeje “Integrando la diversidad: familia y escuela”, en el cual se ha presentado a lo largo de la semana diferentes métodos para integrar en el ámbito escolar a alumnado que, por diferentes circunstancias, podrían quedar discriminados en el aula: enfermos crónicos, discapacitados motores o psíquicos, estudiantes con hiperactividad y déficit de atención, o aquejados de trastornos como la ansiedad y la depresión.

La ponente explica que la prevención de las dificultades de aprendizaje es algo que lleva mucho tiempo en marcha en Estados Unidos, donde existe desde 2004 una ley que permite a los profesionales detectar las dificultades a partir de dos criterios: el modelo tradicional y el que se está implementando ahora, el modelo RTI de respuesta a la intervención.

Este último permite intervenir al alumno con riesgo de poseer una dificultad de aprendizaje desde Educación Infantil, con programas basados en la investigación científica y haciendo una monitorización de su progreso de aprendizaje para poder ajustar la intervención.

Si, tras un largo periodo interviniendo sobre los componentes necesarios -como, por ejemplo, la lectura- el estudiante se resiste a la intervención, quedaría diagnosticado con dificultades. Pero, en cambio, si responde a la intervención, no llegará a desarrollar un desajuste de aprendizaje y podrá continuar al mismo nivel que el resto de sus compañeros.

Para que la prevención funcione es necesario que el profesorado en el aula disponga de una formación adecuada que les permita detectar qué estudiantes podrían tener dificultades. Estos estudiantes, entonces, serían evaluados por el orientador o el psicólogo del centro para ver si, efectivamente, es necesario que sea intervenido.

Los docentes se quejan de que esta formación específica no se les da en el grado, o la que reciben es superficial. El profesorado debe recurrir a la formación que sobre estas y otras materias imparte la Consejería de Educación. También existen numerosas titulaciones de posgrado en varias universidades que abordan diferentes dificultades de aprendizaje.

González Martín cita, por ejemplo, el Diploma en Especialización en Enseñanza de la Lectura de la ULL, que se imparte on-line y surge de las investigaciones desarrolladas por el grupo de investigación en el que ella participa, “Dificultad de Aprendizaje, Psicolingüística y Nuevas Tecnología”, que lidera el catedrático de Juan E. Jiménez.

“Nuestra línea de investigación ha estado últimamente centrada en, precisamente, la prevención de las dificultades de aprendizaje. Hemos desarrollado tutoriales sobre cómo enseñar a leer o las matemáticas y hemos firmado varios convenios con países latinoamericanos. Todo este esfuerzo se ha concretizado en ese Diploma”, explica.