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Díaz Romero: “La buena alimentación no es suficiente para ganar una competición, pero la mala, sí lo es para perderla”

En la nutrición de los deportistas es fundamental tanto durante los periodos de entrenamientos como en las fases previas a una prueba y tras haberla disputado

23 de julio de 2014

Según Carlos Díaz Romero, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología Farmacéutica de la Universidad de La Laguna, la nutrición de los deportistas es fundamental tanto durante los periodos de entrenamientos como en las fases previas a una prueba y tras haberla disputado. Por ello, afirmó que “La buena alimentación no es suficiente para ganar, pero la mala sí es suficiente para perder”, resumió como idea fundamental de su intervención.

El ponente participó en el curso de la Universidad de Veranos de Adeje “Deporte y desarrollo personal y social” con una conferencia denominada “Nutrición deportiva”, en la que explicó los fundamentos bioquímicos de la nutrición y ofreció algunas nociones acerca de cuáles deberían ser las normas de alimentación para una persona que se dedique al deporte competitivo.

Días Romero matizó que no todos los deportes son iguales, ya que varian en duración e intensidad. Por ello, las necesidades de energía que tiene una u otra persona son diferentes. Sin embargo, señaló que, en el día a día, la alimentación de un deportista vendría a ser similar a la dieta mediterránea que se recomienda para una persona sana, si acaso aumentando levemente los lípidos (como algunas grasas) y los carbohidratos, aumentando las cantidades de manera proporcional al gasto energético: una persona normal necesita unas 2.000 kilocalorías, mientras que el practicante de un deporte intenso podría llegar a necesitar hasta 4.000, indicó la experta.

La cosa cambia en otras fases de la vida del deportista. Así, por ejemplo, señaló que, contrariamente a muchos mitos, es necesario comer previamente a competición, pero no inmediatamente antes de su inicio. Lo ideal sería entre una hora y media o dos horas antes, unas 500 o 600 kilocalorías que abunden en carbohidratos, algo de proteínas y poca grasa y consecutivamente, un refuerzo de hidratación de medio litro de agua, treinta minutos antes del evento. Las disoluciones azucaradas no se recomiendan en los 45 minutos precedentes a la prueba.

Durante la competición la hidratación es esencial. Es importante realizarla periódicamente, sin esperar a tener la sensación de sed. Lo aconsejable es tomar entre 100 y 150 mililitros cada 10 o 15 minutos de agua no muy fría, sin gas, evitando las bebidas hipertónicas (es decir, con muchas sales). Si la prueba superara la hora de duración, sí sería conveniente realizar algún refuerzo de carbohidratos, en bebidas isotónicas.

Al terminar la competición, lo usual es no tener apetito y sí mucha sed, por lo que es importante hidratar el organismo para compensar el esfuerzo realizado. Lo ideal sería la ingesta de 1,5 litros por cada kilo perdido, y tomar algo de carbohidratos, como la pasta, durante las primeras horas tras la prueba para recuperar los niveles de glucógeno.

En general, las recomendaciones de Díaz Romero para la dieta de un deportista podían resumirse en dar la máxima prioridad a la hidratación; procurar una alimentación sana y equilibrada; no abusar de la grasa animal, el café y la sal; distribuir la ingesta en cuatro o cinco tomas diarias; que sea abundante en glúcidos (azúcares naturales de los alimentos y cereales); que tenga un adecuado aporte de proteínas; y recordar que, es importante comer antes del evento, de la manera antes descrita. Según el experto, con una buena dieta no sería necesario el aporte de suplementos de ninguna clase.

El ponente recalcó en todo momento que estas recomendaciones son para deportistas, y no para personas con una vida regular sedentaria. De hecho, al inicio de la charla diferenció entre la actividad física, que son las acciones cotidianas que suponen un extra respecto al metabolismo basal; el ejercicio físico, que es una actividad programada que busca mejorar el estado de salud; y el deporte, que conlleva reglas y el objetivo es mejorar el rendimiento.

Según el experto, lo sano es el ejercicio físico, puesto que el deporte de alto rendimiento supone un sobreesfuerzo para el cuerpo que puede conllevar lesiones, liberación de radicales libres y posibles daños futuros. De ahí que, sean necesarias dietas específicas y otros cuidados para compensar estos problemas.