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Arranca la Universidad de Verano de Adeje con un alegato de Rosa Mª Calaf en defensa de un periodismo más comprometido

El antiguo Convento de San Francisco de Adeje acogió la ceremonia de apertura de la vigésimo segunda edición de la Universidad de Verano de Adeje, organizada por el Ayuntamiento de Adeje y la Universidad de La Laguna

21 de julio de 2014

Un año más, el antiguo Convento de San Francisco de Adeje acogió la ceremonia de apertura de la vigésimo segunda edición de la Universidad de Verano de Adeje, organizada por el Ayuntamiento de Adeje y la Universidad de La Laguna. En esta ocasión, la conferenciante principal fue la periodista catalana Rosa María Calaf, quien habló de la necesidad de contar con un periodismo más comprometido que mejore la calidad democrática de las sociedades.

El alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, señaló al comienzo de la sesión que este municipio, alejado tradicionalmente de los centros de decisión, ha logrado ocupar un papel preponderante gracias al trabajo de sus habitantes y de toda la comunidad. “Empezamos con unos cursos de verano, continuamos con una universidad de verano y hoy somos sede de un campus universitario”, alegó. “El apoyo de la universidad resulta clave para este municipio”, continuó el alcalde, para añadir que cuenta con los mejores alojamientos turísticos del país.

Rodríguez Fraga reivindicó el papel de los ayuntamientos en proyectos como este, que pone en valor el rol de la cultura y la importancia de la formación para los habitantes. El alcalde también tuvo palabras para ensalzar el papel de la universidad pública como un espacio cualificado de reflexión profunda, que gestione conocimiento y lo transmita. “Todo ello insertado en una sociedad basada en valores de progreso y avance”, matizó. Apostó además en su intervención por la innovación y por la inmersión lingüística, “dos elementos claves para el progreso de los pueblos”, señaló.

El alcalde solicitó mayor compromiso del empresariado con el proyecto de la Universidad de Verano de Adeje, aunque también reconoció el valor de las firmas que ya lo hacen.

Dado que se trata del último año de mandato del rector de la Universidad de La Laguna, Eduardo Doménech, Rodríguez Fraga le hizo entrega de una acuarela firmada por Conrado Díaz como señal de agradecimiento por todos estos años de trabajo conjunto.

Doménech enfatizó en su intervención que después de más de veinte años ayuntamiento y universidad siguen cooperando, “dos instituciones públicas azotadas por legislaciones adversas”, explicó. Lo que para muchos es ya habitual, no deja de ser un gran esfuerzo para las dos instituciones, recalcó Doménech, quien valoró el papel de Adeje como corporación que ha apostado por la cultura como elemento cohesionador de la sociedad. En este contexto recordó la Medalla de Oro entregada por la institución académica a la corporación municipal el pasado mes de marzo, que ejemplifica el compromiso de la corporación con la Universidad de La Laguna.

Periodismo comprometido

“No vengo como maestra de nada, sino como una afortunada que ha disfrutado de su profesión con verdadera pasión”, adelantó Rosa María Calaf, corresponsal de Televisión Española durante muchos años, en sus primeras palabras de lección inaugural. La conocida periodista catalana defendió una profesión más comprometida, más crítica y menos lisonjera con las estructuras económicas del poder. “El gran problema de hoy es que no se hacen preguntas, no se cuestiona lo incuestionable. El periodismo tiene que adentrarse en lo invisible y hacerlo visible, tiene que entrar en el silencio y darle vida”.

El periodista tiene por tanto que ir más allá, y preguntarse a quién beneficia que las cosas pasen. “Estamos en una sociedad de pasarela, donde se pasa por encima de las cosas”, alegó la catalana, para añadir que el periodismo es ahora una cosa de usar y tirar.

“Los medios están más interesados en hacer caja que en hacer excelencia informativa”, sostuvo sin tapujos. Los intereses de un grupo empresarial están por encima del servicio a la ciudadanía y de colocar a las personas en el centro del interés. “La opinión pública debe saber lo que pasa, y cuando esto no sucede la ciudadanía se rige por datos equivocados en la toma de decisiones”.

En las democracias consolidadas, aunque no se mata a los periodistas o a los ciudadanos, la violencia se muestra desacreditando, asilando, eliminando voces discordantes. Por eso, “hablar en democracia de medios libres es un mito”. El control puede ser más o menos sofisticado, pero se ejerce en todos los formatos, añadió.

La prensa está rendida a los intereses ajenos a los propios intereses periodísticos y la promiscuidad entre el poder político, económico y mediático es evidente. En España los medios convencionales están en manos del poder financiero y, en opinión de la conferenciante de la Universidad de Verano de Adeje, a mayor calidad democrática de los países menor control sobre la prensa.

“Los medios provocan emoción y se detienen ahí, pero no se pide responsabilidades sobre lo que sucede”, delató Calaf. El periodista es el responsable de darse cuenta de ello, porque la información es cada vez más banal y superficial.

Tanto es así que “los periodistas acabamos siendo lectores de comunicados y comparsas de ruedas de prensa, algunas de ellas incluso sin preguntas”, agregó la conferenciante, para ejemplificar la situación que se da hoy en el panorama periodístico: hay más profesionales creando información desde los gabinetes de comunicación de las instituciones que generándola desde los medios informativos.

Calaf explicó que existe una tendencia a mezclar los géneros periodísticos, y de hecho hoy podemos hablar de ‘info-entretenimiento’, dijo, “creyendo que informamos cuando en realidad lo que estamos haciendo es entreteniendo”. Es imposible absorber tal avalancha de información, agregó, en la que predomina que lo importante es lo último que llega, “cuando resulta que lo importante es lo importante”.

“Estamos supeditando los contenidos a la herramienta”, añadió la ponente. En opinión de Calaf, no se puede dar prioridad a la herramienta sobre la calidad de los contenidos. “Debemos preguntarnos si la eclosión de innovaciones tecnológicas es realmente algo bueno o es acaso una forma de crear una agenda que banalice la realidad”.

Un buen periodismo debe volver a ser una reclamación democrática y el control que la prensa debe ejercer es imprescindible para la calidad democrática, sostuvo. “Hay que hacerse la pregunta de si los medios están donde está la noticia o la noticia está donde están los medios”, reflexionó.

El periodismo está hoy dirigido más hacia los acontecimientos y menos hacia los procesos, que es realmente lo que explica el significado de lo que está pasando, por eso recomendó ante cada noticia “ser un espectador activo y no pasivo”. La periodista señaló al final de su intervención que la libertad no se regala, que es cosa de todos, y somos todos los que debemos construirla.